19 de diciembre de 2019

2019: Cuando la tecnología se ve como el enemigo

"2019, el año que empezamos a ver la tecnología como el enemigo" ha titulado el diario El Mundo.

Sería en este año que termina que se habría tomado conciencia de los enormes defectos actuales de las comunicaciones digitales, desde la "vigilancia" de empresas de servicios como Google y Facebook hasta los nuevos "asistentes" auditivos como Alexa y Siri, pasando por las apps de los smartphones que transmiten innumerables datos sin nuestro conocimiento. Sin contar el uso malicioso de las redes sociales, la propaganda política, las noticias falsas, los videos "deepfakes", etc.

Pero hay otros efectos que no menciona este diario como los numerosos accidentes debidos a la imprudencia de los usuarios que caminan o conducen prestando más atención a sus celulares que a las condiciones del entorno. Un estudio realizado en los Estados Unidos ha mostrado que los accidentes ligados a esta situación empezaron a aparecer junto con el lanzamiento del primer iPhone en 2007 y se estima que unas 76.000 personas han sufrido en ese país lesiones en la cabeza o el cuello por el uso del teléfono celular. (MIT Tech Review, 6/12/2019)

Agreguemos también el robo de bases de datos de datos privados. Kaspersky acaba de informar que un tercio de las empresas que utilizan sus servicios han visto atacadas sus bases de datos biométricos, algo sumamente preocupante dado que es imposible para los usuarios modificar esta información. (Infosertec, 5/12/2019) 

Secuestro de datos (ransomware), robo de identidad, mensajes perturbadores son otros peligros constantes. La serie de Netflix  "No te metas con los gatos" muestra lo lejos que se puede llegar. 

6 de diciembre de 2019

El costo energético-ambiental de las comunicaciones

(A propósito ce la COP 25)

Ni la UIT ni la Internet Society han publicado estimaciones de la carga energética y ambiental que significan las telecomunicaciones. Solo en el caso de Ecuador hemos encontrado un dato al respecto: el uso de procesadores, centrales de almacenamiento, equipos de enfriamiento, entre otros aparatos, convierte a las telecomunicaciones en el sector que más energía consume en ese país. (El Telégrafo, 23/11/2018). En los Estados Unidos, el consumo de electricidad representaba, en 2015, el 39% del consumo total de energía (Wikipedia), pero no se especifica el porcentaje que corresponde a las telecomunicaciones.

Se sabe que estaciones de telecomunicaciones y los centros de datos son las infraestructuras que más consumen:
 "Las estaciones base de telecomunicaciones, tanto aisladas como conectadas a red (en entornos urbanos) cuentan con un elevado consumo energético, ya que los equipos de banda ancha, 3G o 4G y demás consumen mucha energía. (...) En los casos urbanos ... el uso de aire acondicionado de manera continua conllevaba un gasto energético elevado, además de ruidos, emisiones de CO2 y aumento de consumo energético, ya que estos sistemas necesitan una potencia energética elevada. (...) Las estaciones base de telecomunicaciones en entornos no urbanos ...  utilizan grupos electrógenos, principalmente de diésel, que ... supone vertidos y emisiones de CO2." (Interempresas.net, 31/01/2019)
En las estaciones no urbanas, se usan progresivamente energías renovables (solar y/o eólica) pero con grupos electrógenos para suplir la intermitencia de la generación natural. Estos sistemas híbridos permiten reducir significativamente la producción de CO2 (250 sistemas híbridos EcoCube permitieron reducir más de 9.000 toneladas de CO2 en 2018, según afirman en la web Interempresas. (ibidem)

"En los centros datos, donde residen los sistemas de almacenamiento, también hay que contar con el gasto energético de los sistemas de climatización, principalmente enfriamiento de los equipos electrónicos. Para reducir este gasto, donde, por una parte, los equipos producen calor y, por otra, se necesita más energía para contrarrestar este calor, se están produciendo interesantes movimientos orientados a facilitar la sostenibilidad de los centros de datos." Ahí, una vez más, no resultan apropiados los sistemas renovables, dado que no garantizan el suministro continuo, ni con el mismo nivel a lo largo del día. Pero "Dado que el principal “subproducto” es calor, la mejor manera de reducir el consumo es aprovechar este calor en otros usos, y evitar así el coste de la refrigeración. Los requisitos de refrigeración de un centro de datos que consuma unos 10 MW a plena carga, son equivalentes a las necesidades de calor de una población residencial de unos 20.000 habitantes. Claro que el problema, de nuevo es llevar ese calor de donde se produce a donde se requiere." Cosa que ya se hace en Estocolmo. (Almacenamiento.ituser.es, 9/04/2018).
 "A lo largo de 2018, la minería web – aplicaciones que se ejecutan en el navegador de un usuario y extraen criptomonedas con fines lucrativos – podría haber consumido hasta 18,8 gigavatios de energía eléctrica, de acuerdo con la investigación realizada por Kaspersky sobre el impacto económico y ambiental de esta actividad. Este dato evidencia que el impacto ambiental de la minería web ronda las 800 toneladas de emisiones de CO2" (Kaspersky Latam, via Infosertec, 8/10/2019). 
Hay que agregarle que cada "granja" de servidores dedicada a la minería ocupa una energía que podría servir una ciudad de 20.000 habitantes.

Según un proyecto europeo de investigación en el que participa la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) pueden permitir reducir un 30 por ciento el consumo eléctrico en las ciudades, pero esto incluye el desarrollo de "redes eléctricas inteligentes", lo no releva directamente de las comunicaciones. (Portal uc3m.es, sin fecha)

Cargar un teléfono móvil implica un consumo promedio de 0,00095 kWh. Si lo hacemos cada día, implica 0,3475kWh. El total de usuarios únicos de redes móviles actualmente supone el 67 por ciento de la población mundial (GSMAIntelligence, 2019), o sea unos 5.100 millones de personas, y el número total de conexiones supera un 4 por ciento al de la población del planeta (Ericcson, 2018), lo cual significa 8.000 millones de aparatos. Si consideramos esta cantidad, obtenemos un gasto aproximativo de energía eléctrica de 2.780 mWh diarios, dedicados solamente a la carga de celulares.

Pero el uso del móvil solo representa el 19% de su huella ecológica. 73% corresponden a su manufactura según Green Alliance (2015). Y su vida útil es del orden de dos años, después de lo cual pasa a ser basura electrónico. Según un estudio publicado por los investigadores de la Universidad McMaster en Ontario, Canadá,  la industria tecnológica representaba el 3% de la huella de carbono global en 2007 (incluye PC, celulares, etc.). En 2015, se gastaron más de 246 billones de litros de agua, 39.360 millones de toneladas de combustible y 3.608 millones de toneladas de químicos para fabricar un portátil. Para producir 1 smartphone, se usan 44,4Kg de recursos naturales. Para 1 ordenador, más de 1 tonelada. (Tecnología libre de conflicto, 2015). La fabricación de un iPhone X produce unos 79 kilos de dióxido de carbono. (El Comercio.pe, 5/04/2018).

Un simple decodificador casero de televisión puede llegar a consumir 60W por hora incluso en stand-by, si es de los menos eficientes. (TopTen.cl, 11/01/1917)
"Un reciente estudio de 451 Research indica que los operadores de telecomunicaciones están cada vez más preocupados porque el despliegue de 5G causará un incremento de su factura de la luz, ya que esta tecnología consume más energía que 4G y las generaciones anteriores. (...) Lo mismo sucederá en los despliegues 5G en otros entornos fuera de las telecomunicaciones, como la industria conectada o los automatismos aplicados a infraestructuras críticas como el suministro de luz, gas, agua, etc. (...) Prevén que el gasto total de energía en las redes de comunicaciones podría incrementarse en un 150-170% para 2026." (itTrends.es, 8/03/2019)
Suplemento:
 "Según un estudio de Eon, plataformas como Netflix, Amazon Prime, Google o Youtube gastan cerca de 345000 millones de kilovatios por hora en electricidad en todo el mundo. Es el equivalente al 40% de todas las necesidades de eléctricas de Alemania. Además, los 4 gigantes consumieron el 58% de todo el consumo utilizado para Internet Según el estudio, sólo el 5G incrementará la demanda de electricidad hasta 3800 millones de kilovatios por hora para 2025." (Euronews, 16/12/2019)