12 de marzo de 2021

El diario impreso: ¿una muerte imprevista?

El primer periódico del mundo que tuvo un ordenador en su redacción fue el estadounidense Daily Oklahoma, en 1963. Para algunos expertos, el primer diario en internet fue el 'San José Mercury News', mientras que otros dan ese título al californiano 'Palo Alto Weekly', en 1993. En 1994, de hecho, casi todos los grandes medios estadounidense tenían ya versión en internet, entre ellos 'The New York Times', 'Los Angeles Times' y 'The Washington Post'. Ese año, en España,  'El Periódico de Cataluña' y 'El Mundo' también presentaron sus primeras versiones en internet (Información de Heraldo.es).
En Argentina la primera publicación digital como diario fue en la ciudad de Rosario, 'RosarioNet', en 1994. Otros consideran que, en ese país, el primer diario online fue 'Los Andes' (en Mendoza). En Chile, el 1 de marzo de 2000 se presentó "El Mostrador" como el primer periódico en línea del país (sin versión impresa) (Wikipedia).

Es probable que el ejemplo norteamaericano haya influido en la decisión de los demás para ofrecer una versión en la Web. Parecía ser un canal más para atraer lectores y publicidad. ¿Pero fue una decisión acertada o, por el contrario, una sentencia de muerte (suicidio) a largo plazo para el impreso?

Obviamente, no se podía prever el auge de los smartphones y las redes sociales que, actualmente, están desafiando los medios tradicionales. En 2019, más del 70% de los lectores de los diarios digitales españoles más relevantes llegaban exclusivamente desde dispositivos móviles. Ahí, desde 2007, año de la aparición del primer iPhone, la venta de ejemplares impresos bajó 70%. En los primeros nueve meses de 2019, el diario El País perdió 23,2% de sus ventas y El Mundo 9,9%. En los primeros 3 meses de 2020, El País perdió otros 15,8% (7,8% interanuales) y El Mundo 12,8%. Por el contrario, acumulan millones de lectores digitales (El Mundo 21,1 millones y El País 19,8 millones en 2019) (El Español, 8/11/2019 y 29/04/2020). En Argentina, las ventas del matutino Clarín se derrumbaron un 32,5 por ciento entre 2003 y 2012, pero la baja se venía produciendo desde 1983 según datos del Instituto Verificador de Circulaciones. Otros medios, sin embargo, no sufrieron una baja tan pronunciada en ese período (Telam).
 

El informe de 2020 del Reuters Institute señala que, a nivel internacional, la demanda por la lectura en medios de prensa digitales (“mainstream media”) aumentó sustancialmente mientras bajó en medios impresos (ver gráfico). Pero la Generación Z (18-24 años) prefiere los medios sociales (38%) y solo 16% se dirigen directamente a la prensa. 
 



Los "mainstream media" tratan de defenderse mediante "muros de pago". The Wall Street Journal comenzó a cobrar por el contenido en su web en 1996. Poco a poco, otros lo siguieron. En 2018, The New York Times y The Wall Street Journal contaban con una base 3,7 y 2,5 millones de suscriptores digitales respectivamente (Xataka, 28/08/2019). Las suscripciones o pagos por artículos a los medios de prensa digitales han aumentado en los últimos años, pero la proporción de gente que no se suscribe sigue alta (40% en los Estados Unidos y 50% en el Reino Unido), y la media de suscritos – en 9 países – ha sido solo de 13% en 2020.

En España, según el Estudio de Uso y Actitudes de Consumo de Contenidos Digitales, el 68,7% de los usuarios de Internet está dispuesto a pagar por consumir este tipo de contenidos (Pedriza). Además, "en la actualidad, las ediciones impresas de los periódicos españoles han reducido el número de páginas de sus ejemplares a la mitad (los editores emplearon en 2015 casi un 47% menos de papel que en 2001", sin que bajaran los precios (Pedriza). ¿Quién está dispuesto a pagar más para recibir menos? En 2017 cerca del 60% de los lectores digitales de ese país afirmó no comprar este tipo de contenido impreso (Statista).

Es evidente que el smartphone ha sido el principal "culpable" del retroceso de la prensa analógica, pero no el único. Como señala Pedriza, hay que tener en cuenta que sus lectores habituales han envejecido, mientras los más jóvenes prefieren los medios digitales. "Los usos y costumbres de lectura propios del siglo pasado han dejado de ser prácticos en un nuevo estilo de vida caracterizado por la velocidad a la que se desarrollan las actividades de la vida cotidiana." (Pedriza). Agrega que "Un signo más de los tiempos es la actitud indolente manifestada por la actual opinión pública de algunos países occidentales ante la inminente desaparición de su prensa escrita nacional. [...] En el modelo de cultura vigente, los nuevos lectores abandonan en masa los usos tradicionales de lectura en favor de otros exclusivamente digitales. El consumo de información a través de teléfonos inteligentes es la primera (y en muchas ocasiones, la única) opción de lectura."

¿Podría salvarse la prensa escrita analógica? Para Pedriza, quizás pueda subsistir gracias a crónicas, tribunas y artículos de opinión, aunque "favoreciendo la convergencia entre las ediciones impresas y las electrónicas de un mismo medio, con el fin de fortalecer su imagen de marca, su relevancia informativa y su reputación dentro y fuera del ciberespacio" aunque, de todos modos, "el modelo de audiencia del siglo XX ha quedado superado por una nueva generación de consumidores".

Referencias

Pedriza, S.B. (2019): Medios impresos versus digitales: de la agónica lectura de periódicos a los nuevos consumos de información digital, El Argonauta español, 16. DOI : https://doi.org/10.4000/argonauta.3855

Reuters Institute (2020): Executive Summary and Key Findings of the 2020 Report.  https://www.digitalnewsreport.org/survey/2020/overview-key-findings-2020/