A lo largo de mi carrera académica. he asistido a múltiples congresos de investigadores en comunicación y conocido otros tantos a través de sus actas. En todos, terminé haciéndome la misma pregunta: ¿qué han aportado al conocimiento de la comunicación? Abundan las ponencias acerca de problemáticas ínfimas e irrelevantes para la comunidad (salvo, claro, para quienes las produjeron) y para el avance de la ciencia.
Las más rescatables son las que han estudiado, con métodos estadísticos correctos y resultados válidamente proyectables, el comportamiento de los emisores o receptores, a nivel internacional, nacional o regional, o bien en determinadas capas etarias. Estos estudios no son los más numerosos. Mucho más escasos son los que introducen y ponen a prueba alguna nueva metodología, cuya aplicación podría efectivamente significar un real avance de las ciencias de la comunicación.
¿Cómo explicar este fenómeno? Me parece que existe una dramática carencia en la formación de los investigadores en materia tanto de metodología de investigación como en sociología y psicología. Obviamente, no se puede esperar que dicha formación se realice a nivel de pregrado. Éste, en el ámbito iberoamericano, apunta esencialmente a la formación de profesionales aplicados (periodistas, publicistas, etc.), pero a nivel de postgrado estas disciplinas son indispensables, junto con estudios teóricos profundos de los procesos de comunicación en todos sus aspectos y en las diversas formas de abordarlos. ¿En cuantas universidades se incluye la docencia necesaria? ¿En cuantos congresos se discute realmente de ciencia?
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