Se han conocido en los últimos meses varios nuevos métodos de ataque malintencionado a los computadores que implican cambios directos en el hardware.

Por su parte, investigadores israelíes realizaron una prueba de concepto de malware capaz de utilizar el sonido de los ventiladores de refrigeración de los computadores o de los motores del disco duro para transmitir datos robados en forma de audio.
Otro grupo de israelíes demostró que podían usar sólo us$ 300 de equipo de mano para extraer las claves de cifrado desde un computador mediante el control de las emisiones de radio filtradas por el uso de energía de su procesador.
En la Universidad de Michigan, un grupo de investigadores ha sido capaz de construir una puerta trasera secreta en una sola celda entre miles de millones en un microchip moderno. Cuando un hacker que sabe de la existencia de esta puerta trasera ejecuta un programa determinado, hace que la célula recoja la carga de transistores cercanos e induzca un cambio en un bit determinado.
El resultado de todo ello es la existencia actual de técnicas de sabotaje físico ultra-sigiloso que es prácticamente imposible de detectar con las medidas de seguridad digitales habituales. Y ninguna actualización de software puede ayudar. (Adaptado de Wired, 31/08/2016).
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