Con los GPS, Bluetooth y RFID, estamos cada vez más expuestos a recibir mensajes publicitarios donde estemos, en función de nuestra localización.
Considere además que las etiquetas RFID (de radio frecuencia) estarán pronto en muchos productos, incluida la ropa, delatando no solo nuestra presencia sino también lo que llevamos puesto. Y la ropa interior podría además contener sensores que den cuenta de nuestro ritmo cardíaco y de otros indicadores de salud.
¿A quienes los transmitirán? ¿Que control tendremos sobre todas estas transmisiones? Nos advirtió Howard Rheingold ya en 2002:
"La vigilancia generalizada suscita varias cuestiones importantes:
• ¿Quién espía a quién? ¿Quién tiene derecho a conocer esa información?
• ¿Quién controla la tecnología y sus usos? ¿El usuario, el gobierno, el fabricante, la compañía telefónica?
• ¿Qué tipo de personas seremos cuando utilicemos la tecnología?" (p.112)
Parece haber un acuerdo generalizado acerca del término del concepto tradicional de privacidad: la mera adopción de teléfonos "inteligentes", con adhesión a las redes sociales, le puso fin. La cuestión es, sin embargo, la del control del acceso y uso de los datos. Y si los sistemas serán "Open Source" (colaborativos) o "propietarios" (de empresas comerciales).
"¿Podrán los demás averiguar todo lo que necesitan sobre el usuario en cuestión, a través de los sensores con los que éste tropieza y la información que emite? Las diversas respuestas a estas preguntas conducen a futuros diferentes. Las respuestas dependerán, en parte, del modo en que se diseñe y regule la tecnología en las primeras fases." (p.113)
Pero han pasado ya las "primeras fases": firmas como IBM, Hewlett-Packard, Nokia, Ericsson, Sony y DoCoMo trabajan en ello desde hace más de una década. Y aún seguimos sin un estándar para este tipo de comunicación y menos aún con un acuerdo sobre reglas básicas.
Si bien falta aún bastante para la "delación" generalizada basada en nuestra mera presencia (por GPS y RFID), ya se han desarrollado sistemas que utilizan cámaras capaces de reconocer la expresión facial, la edad aproximada y el tipo de ropa de personas que esperan en una fila (por no decir la identidad misma, gracias a la IA de Facebook o Google). Con ello, por ejemplo "cuando aparece una anciana, puede mostrarle un anuncio de costura, y cuando apareces tú con una cazadora de cuero, te mostrará una motocicleta" (p.120), según se proyectaba en 2002, pero hoy podría ser mucho más preciso apelando a los intereses evidenciados en las redes sociales.
Por ahora veremos estas informaciones sea en pantallas grandes sea en los celulares (donde quizás las podamos bloquear), pero a futuro serán también un componente de los sistemas de realidad aumentada, apareciendo en los lentes que quizás llevaremos para conocer mejor nuestro entorno y lo que nos pueda ofrecer: ¡Se trabaja desde 1988 en esta futura "unión del mundo físico con el mundo virtual"! (Pionero ha sido el Laboratorio de realidad aumentada móvil -MARS- de la Universidad de Columbia: imagen anexa, de 1996).
Referencias:
H.Rheingold: "Multitudes inteligentes", Barcelona, Gedisa, 2004.
MARS - Mobile Augmented Reality Systems (Columbia University)
Noticias de The Guardian sobre realidad aumentada: https://www.theguardian.com/technology/augmented-reality
Sobre "prendas inteligentes": TICbeat (2010)
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