Después de la elección de Donald Trump, Jonathan Albrigh, profesor asistente de la Elon University, revisó 306 sitios de noticias falsas para determinar cómo estaban conectados entre sí y con el ecosistema principal de noticias. Lo que encontró fue sin precedentes: una red de 23.000 páginas y 1,3 millones de hipervínculos. Estos sitios están fuertemente enlazados a los principales medios de comunicación y redes sociales, logrando engañat a Google Search para obtener enlaces de vuelta. Albrigh declaró a The Guardian que "Esta es una máquina de propaganda, dirigida individualmente a las personas para reclutarlas a una idea. Es un nivel de ingeniería social que nunca he visto antes. Están captando a la gente y luego los mantienen con una correa emocional y nunca los dejan irse."
Entrevistas con Samuel Woolley, jefe de investigación en el proyecto de Propaganda Computacional de la Universidad de Oxford, y Martin Moore, director del Centro de Estudio de medios, Comunicación y Poder en el Kings College, confirman que la propaganda política ha ido mucho mas allá de las notisias falsas.
Una empresa llamada Cambridge Analytica ha desarrollado una máquina ("AI Propaganda Machine") que actúa directamente sobre las opiniones individuales mediante el desarrollo de mensajes personalizados ajustados a las tendencias personales detectadas a través de todas las comunicaciones de cada elector, recogidas a través de la red, acumuladas en big data, y analizadas con inteligencia artificial. Esta compañía es propiedad de un grupo de consrevadores fuertemente ligados a la administración Trump y Steve Bannon, el jefe de estrategia de la campaña y miembro del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca es miembro de su directorio. No es la única compañía que realiza este tipo de operación que inicia una nueva era en el campo de la propaganda política pero sería la mas poderosa.
El poder de Cambridge Analytica se deriva del modelo que ha desarrollado para analizar la personalidad, crear un perfil y luego generar mensajes altamente personalizados que refuercen las opiniones y emociones favorables al candidato que pretende promover. Se basa en un modelo desarrollado tras años de trabajo por el dr Michal Kosinski y algunos colegas en el Centro de Psicometría de la Universidad de Cambridge. Usando un cuestionario y correlacionándolo con lo publicado en Facebook lograban identificar el género, la sexualidad, las creencias políticas y los rasgos de personalidad de un individuo basándose solo en sus "Me gusta" de Facebook. Según lo que explicó a la revista Das Magazine de Zurich, con 70 "likes" puede conocer a un sujeto mejor que sus amigos, con 150 mejor que sus padres y con 300 puede predecir su comportamiento mejor que su pareja. En 2014, Kosinski rehusó licenciar su software, espantado por las posibles consecuencias de un uso comercial.
(Image Credit: Cambridge Analytica)
Según una investigación de The Guardian, esto no impidió que otro profesor de Cambridge, Aleksandr Kogan, de realizar un estudio parecido y asociarse con la empresa SCL Elections (que Kosinski había rechazado), de la cual nació luego Cambridge Analytica, que perfeccionó el modelo y desarrolló la forma de aplicarla a la propaganda. Y que gusta presumir de que su modelo le ha permitido crear un perfil de personalidad para 220 millones de adultos en los Estados Unidos, cada uno con hasta 5.000 datos, no solo basados en los posteos de Facebook sino en todo lo que le es accesible. En la campaña de Trump, produjeron diariamente entre 40 y 50.000 diferentes versiones de sus mensajes de propaganda. (Se pueden leer ejemplos en el artículo citado aquí y ver una estadística de los cambios logrados en los diferentes Estados.) La red de sitios de noticias falsas (gráfico siguiente, de J.Albright) constituye, según Albright, un potente soporte complementario para Cambridge Analytica para rastrear a los lectores y reforzar sus algoritmos y mensajes.
Kosinski y sus colegas preparan ahora un estudio de la efectividad del método, pero estiman ya que con el "targeting" personalizado, los posts de Facebook son capaces de atraer hasta 63% más de clics y un aumento de 1.400 conversiones.
Samuel Woolley, director de Investigación del Proyecto de Propaganda Computacional de la Universidad de Oxford y miembro del proyecto Jigsaw de Google, ha dedicado su carrera a estudiar el papel de los bots en la organización política en línea. Encontró que la mensajería política pro-Trump se basaba también en robots para difundir noticias falsas y desacreditar a Hillary Clinton (Muestra de variaciones de opinión al lado; fuente: Cambridge Analytica). El día de las elecciones, los bots de Trump superaban a los de ella, 5:1. Es imposible saber, sin embargo, si Cambridge Analytica también ha sido responsable de estos. Con su colega Philip Howard ya había descubierto la importancia de estos (¡un millar de bots!) en Twitter durante la Primavera Árabe.
¿Estaremos desde ahora a merced de este tipo de propaganda? Hay indicios de que se está utilizando en las campañas electorales de Francia, Alemania, Hungría, India ¿y algunos lugares de Sudamérica?
"Las elecciones en 2018 y 2020 no serán un concurso de ideas, sino una batalla de cambio de comportamiento automatizado", dicen los autores de este estudio.
Con el auge tanto de estos mensajes distorsionadores como de las noticias falsas, la única respuesta posible es el desarrollo de la capacidad de crítica, es decir de un aspecto importante de la educación, como advierte, el profesor de comunicación de la Northwestern University Pablo Boczkowski y Miquel Urmeneta:
"¿Qué hemos aprendido de todo esto? Por un lado, cada vez somos más conscientes de cómo funcionan las redes sociales y de sus efectos. Las plataformas sociales tanto alientan revoluciones como las de la plaza de Tahrir de El Cairo como transmiten falsedades sobre los candidatos a la Casa Blanca, ya sea con fines partidistas o por puro afán de lucro. Además, también se va introduciendo la idea que los medios de comunicación han podido magnificar su incidencia en alguna ocasión. Por otra parte, las redes sociales transmiten mucha información sobre sí mismas, que también ha de ser contrastada." (M.Urmeneta, ACEOprensa, 20/2/2017)
Sin embargo, no todos están de acuerdo: recientemente, BuzzFeed entrevistó a varios antiguos empleados de Cambridge Analytica, además de otros consultores que habían visto su trabajo, y concluyó que "la empresa nunca ha proporcionado pruebas de que [su enfoque psicológico] funcione".
Fuentes:
- B.Anderson & B.Horvath: The Rise of the Weaponized AI Propaganda Machine, (Scout.ai, 22/2/2017)
- D.Hopenhayn: Martin Hilbert, experto en redes digitales: “Obama y Trump usaron el Big Data para lavar cerebros” (The Clinic Online, 21/1/2017)
- J.Condliffe: Deje de culpar al 'big data' y al 'neuromarketing' del auge de la derecha política (MIT Tech Review, 10/3/2017)
-K.Taggart: The Truth About The Trump Data Team That People Are Freaking Out About (Buzzfeed)
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