25 de septiembre de 2015

Cuando las empresas digitales tienen éxito

Google está hace algún tiempo (unos cinco años) en la mira de la Comisión Europea, que la ha acusado formalmente en abril pasado de haber cometido una infracción por abuso de posición dominante. Sin embargo, si lo que ha hecho Google está fuera de la legalidad es cuestión de interpretación. ¿De qué se le acusa?
  1. Habría podido obstaculizar ilegalmente el desarrollo y el acceso al mercado de aplicaciones y servicios rivales al exigir o incentivar que los fabricantes de smartphones con Android preinstalen exclusivamente sus aplicaciones y servicios.
  2. Habría impedido que los fabricantes desarrollen versiones modificadas de Android, lo que dificulta de manera ilegal el desarrollo y acceso al mercado de sistemas rivales.
  3. Podría haberle complicado la vida a determinados servicios y aplicaciones al dar prioridad a sus propios servicios por medio de sus aplicaciones y APIs. Ésto se refiere al buscador, que ofrece primero sugerencias de su propio servicio de Google, de manera que otras webs se ven perjudicadas. (PC Actual, 16/04/2015)

 Google se defiende, aludiendo a los casos de Apple y Microsoft, que triunfaron en telefonía móbil (Apple), sistema operativo y ofimática (Windows y Office). También señala que no cobra por su sistema operativo Android ni por sus servicios, a diferencia de los otros. Y Android es la única forma de "defenderse" del iOS.

Hace años, fue Microsoft el que estuvo en la mira de la Comisión, también por posición dominante pero no se le reclamó por su sistema operativo sino, sobre todo, por haber incluido su navegador Internet Explorer en este sistema operativo y ofrecer solamente éste a quienes compraban equipos con Windows preinstalado. Hace unos años una investigación anti-monopolio en los EEUU demostró que las sospechas de algunas acciones pro-monopolio no estaban tan lejos de la realidad. Se conocieron una impresionante cantidad de correos electrónicos entre Bill Gates, Steve Ballmer, Jim Allchin y otros importantes miembros de la compañía, en donde se podía ver cómo manejaron las distintas amenazas a su imperio a través de los años. Y apareció ahí que la inclusión del motor del Explorer en el sistema operativo fue parte de la estrategia. Y cuando los usuarios se dieron cuenta de que podían comprar computadores sin Windows, Microsoft creó una estrategia llamada EDGI (Education and Government Incentives, en 2002), para convencer a los gobiernos de utilizar solamente equipos con Windows cuando se encontraran en riesgo de perder frente a Linux. (FayerWayer, enero 2010).

Pero hay otra área en que ha de inquietar el éxito de las empresas digitales, pero como llamado de atención en torno al desarrollo económico de los países emergentes.
  • "Cuando Sudamérica se benefició de los precios récord de las materias primas por las crecientes importaciones de China en la década pasada, varios presidentes de la región se embarcaron en una fiesta populista. No le prestaron mucha atención al hecho de que el mundo estaba moviéndose rápidamente hacia una economía del conocimiento, en que una empresa como Apple hoy día vale más que el producto bruto de varios países. Todavía siguen hablando de los abundantes recursos naturales y materias primas de sus países, como si eso importara mucho en el nuevo mundo de Google, Apple y Uber. Sudamérica se quedó dormida mientras el resto del mundo marchaba hacia la economía del conocimiento. La región no invirtió en los últimos años en prepararse para competir en la nueva economía del conocimiento.", dice el comentarista Andrés Oppenheimer (El Mercurio, 31/08/2015).

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