Se observan actualmente dos tendencias en los fabricantes de cámaras y de smartphones: unos compiten por ofrecerlas con más y más resolución (megapixeles), mientras otras parece estar volviendo atrás y ofrecen menos. ¿Qué está pasando?
Simplemente que hay dos diferentes criterios en cuanto a cómo tomar una "mejor" foto. Si el sensor es más grande, puede captar más luz y, así, permite registrar mejores fotografías, especialmente en condiciones de escasa luminosidad. Pero se puede hacer ésto sea aumentando el número de fotodiodos en el sensor sea aumentando el tamaño de éstos (por lo que cabe un menor número en la unidad de superficie).
Lo que hace cada fotodiodo es contabilizar el número de fotones que le llegan y generar con ellos un voltaje proporcional a su número. Este voltaje es una señal que describe con más o menos precisión la información capturada y cuanta más información envíe el sensor al procesador de imagen, más fidedigna será la recreación que elaborará este último componente.
Como anotan en Xataka, "una cámara equipada con un sensor con fotodiodos de gran tamaño, como la a7S de Sony, tendrá una sensibilidad nativa mayor que otra que recurre a celdas más pequeñas, como la a7R. Si nos fijamos en las prestaciones de estas dos cámaras, veremos que la a7S, es capaz de alcanzar un valor ISO máximo de 102.400 tanto al tomar fotografías como grabar vídeo, mientras que el valor ISO de la a7R se reduce a 25.600 en ambos casos. Es fácil intuir llegados a este punto que un sensor con una mayor sensibilidad nativa capturará más luz, una cualidad que puede permitirnos tomar buenas fotografías incluso en condiciones de escasa luminosidad. Su gama dinámica también será, sobre el papel, mayor, lo que le permitirá reproducir un abanico de colores más amplio y fiel al mundo real, y ofrecer más detalle en las luces altas y bajas". Pero ésto se paga con una resolución más baja, lo cual significa que se perderá en calidad si se amplía mucho, como al momento de imprimir la foto en un gran formato. Al contrario, "muchos megapíxeles y fotodiodos más pequeños suelen ofrecernos una menor sensibilidad nativa, y, por lo tanto, también una habilidad inferior a la hora de capturar la luz. Pero, a cambio, obtenemos un nivel de detalle mayor y podemos imprimir nuestras fotografías en soportes de gran tamaño sin arruinar su calidad".
Las cámaras con numerosos fotodiodos en su sensor también pueden ser útiles para tomas a distancia, como es el caso de la nueva cámara (prototipo) de 250.000 megapixeles que acaba de anunciar Sony puede servir, por ejemplo, para leer las letras del exterior de un avión a 18 km de distancia, gracias a su resolución de 19.580 x 12.600 pixeles (Extremetech, 9/09/2015).
Combinar ambas cosas en un smartphone o una cámara compacta no es posible por ahora, pero existen cámaras profesionales que sí lo hacen: Leica, Phase One y Hasselblad (foto al lado), entre otras, con un altísimo precio.
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