Salud: Wearables y tecnopíldoras

"El futuro de la salud pasa por una mezcla de nanotecnología y wearables" (Juan Luís Arboledas, Actualidad Gadget, 20/06/2015). Las pulseras ya ofrecen la posibilidad de monitorizar datos como actividad física diaria, patrones de sueño, presión arterial, ingesta calórica, etc. 

También podrían insertarse en la ropa (camisetas, etc.) e incluso en el cuerpo: la Escuela Politécnica Federal de Lausana ha desarrollado un biosensor de menos de un centímetro, que se insertaría bajo la piel, capaz de monitorizar la presencia de diversas sustancias y moléculas en nuestra sangre en tiempo real. Esto permitirá prevenir y monitorizar el estado metabólico de quien lo porte. Permite hacer un seguimiento exhaustivo y preciso de una condición médica y la medicina de precisión es el futuro, indican los investigadores (Hipertextual, 27/05/2015). También los hay en forma de tatuajes, que se pegan sobre la piel, como el del Laboratorio de Nanobioelectránicadel Profesor Joe Wang (foto al lado).

Por su parte, Google X Lab acaba de asociarse con Novartis para diseñar una nueva generación de lentes de contacto capaces de realizar un seguimiento de niveles de glucosa en las lágrimas de los usuarios. (Actualidad Gadget, 20/06/2015). Estos biosensores, una vez asociados a aplicaciones que informen no solo al médico sino al paciente podrían emplearse para ajustar inmediatamente la dieta o el ejercicio físico para que resulten más efectivos.

Pero otras tecnologías, más avanzadas, podrían tener mayor y mejor futuro, como el proyecto de Google X en el campo de la nanotecnología que ha creado una píldora llena de nanopartículas que, una vez ingeridas, se adentran en el torrente sanguíneo detectando cualquiera anomalía que pueda sugerir a los médicos la presencia de algún tipo de cáncer. También las hay capaces de llevar medicamentos y liberarlos en los órganos que los requieren e incluso estimular funciones cerebrales (Newscientist, 9/06/2015). En el MIT están desarrollando una nueva fibra artificial, flexible y no más gruesa que el cabello humano, que permite enviar y recibir señales e incluso medicamentos directamente al cerebro de forma simultánea (Xataka, 26/01/2015).