Entre 2007 y 2015, el número de conexiones de su máquina pasó de 1 millón a 100.000 millones, con lo cual enormes problemas se resuelven en fracciones de segundo. Y versiones muchísimo menores ("4 núcleos", "8 núcleos") ya estaán en los PC y los teléfonos, permitiendo el uso de "asistentes personales" en "tiempo real", e.d. con respuesta instantánea.
Piense ahora en la cantidad de procesadores (computadores, tabletas, teléfonos) conectados en red a nivel mundial. ¿Puede imaginar el poder de cálculo, de resolución de problemas, que representaría el hacerlos funcionar simultáneamente ("en paralelo") para solucionar grandes problemas? Como lo saben también Hillis y todo quien trabaje con computadores paralelos, el verdadero problema (enorme) es programar este conjunto para que los flujos de datos no choquen entre sí sino se complementen e integren. La programación paralela es sin duda la más compleja que existe... y se trata de utilizar estos mismso computadores para ayudar a mejorarla.
La "compresión del espacio-tiempo", como la llamó el sociólogo americano Donald Janelle ya en 1966, es el resultado de estos avances: la velocidad anula el espacio y rompe antiguos hábitos espaciales. (No necesito viajar a Bélgica para hablar cara-a-cara con mi hermano: puedo usar Skype.) ¡Todos los medios de transporte han quedado obsoletos, aunque aún nos guste usarlos... o nuestros jefes nos obliguen a usarlos para ir a la oficina (cuando, muchas veces, el teletrabajo sería más efectuvo y es más ecológico). Para pasar del caballo al tren y luego al avión bastaron 150 años. Y 88 para pasar el teléfono de Graham Bell (1876) a la primera videoconferencia (1964) y 36 más para el videochat.
El espacio "colapsó" y ésto no puede sino significar un cambio radical en la civilización. Ir cada vez más rápido es clave para los negocios. Y controlar el tiempo, controlando la velocidad (hasta llegar a la instantaneidad) es obtener un inmenso poder, el mayor de la historia. Las guerras, que eran de control de un territorio, serán ahora para controlar el tiempo, dice Cooper ("The Seventh Sense", p.204). Y pasamos de las redes de telecomunicaciones de 2G a 3G, luego 4G y 5G, cada vez más rápido y con más capacidad. Y, sin duda, se seguirá tratando de acelerar. Janelle, en 1966, consideraba -como muchos- que la velocidad del sonido era la gran barrera o límite. ¿Que diría hoy?
¡La barrera es la velocidad de la luz! Y se trabaja en procesadores ópticos, mucho más rápidos que los actuales electrónicos, basados en transistores.
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