Los "asistentes digitales" basados en el control por voz se están abriendo camino tanto en los smartphones como en los PC. El reconocimiento de voz y la inteligencia artificial están haciendo posible la masificación de estos asistentes personales. Son hoy capaces -al menos en teoría- de analizar la voz humana, interpretarla y responder a las preguntas que hace el usuario.
El más popular es Siri, de Apple, que comenzó, solo en inglés, con el iPhone 4S, ahora ya disponible en español. Reconoce bien el habla coloquial. En Android, es Google Now, que es menos coloquial, más funcional y proactivo (sin necesidad de preguntarle), gracias a que se alimenta de una mayor cantidad de fuentes: el dispositivo, información que proviene de los productos de Google (Gmail y Calendar, que le permiten enviar recordatorios automáticos), sumado a la localización, datos de contexto, del tránsito, etc. Así, por ejemplo, muestra una notificación en pantalla cuando se acerca la hora de terminar de trabajar y volver a casa y luego muestra la ruta más apropiada y el tiempo estimado de viaje
El nuevo Windows 10 trae Cortana, que se asemeja más a Siri en el reconocimiento del habla y en su trato coloquial, y se integra a otros productos de Microsoft, como Office. Samsung les sigue la pista con su propio asistente de voz, llamado S-Voice, que permite agendar citas, controlar la música que se escucha, programar la alarma o buscar una dirección cercana, entre otras opciones. (El Mercurio 18/10/2015)
En general, una parte del software reconoce las palabras y las pone en un contexto (el día o el lugar geográfico en que se hace la consulta), y otra parte busca luego en una base de datos en línea la información que correspondería a la respuesta.
Pero podríamos hacernos algunas preguntas más profundas acerca de estos "asistentes". speech to text") le quitan este rol. Heidegger consideraba que la máquina de escribir llevaba a una "atrofia de la mano" y, con ello, del pensar (¡Que me perdone, pero, a mí, el teclado me ayuda a pensar y a revisar las -pocas- notas que tomo a mano de vez en cuando!). ¿Que diría hoy de los asistentes de voz? Prima la inmediatez mientras la temporalidad del saber es totalmente diferente. La "operación" informática reemplaza a la acción. La vacilación, común antes de una acción, se transforma en "perturbación operativa" (Byung-Chul Han, "En el enjambre", Herder, p.78) que "perjudica la eficiencia". ¡Pero descuide: el software permite eliminar automáticamente los silencios!
La mano es, según Heidegger, el medio para ser, la fuente del sentido y de la verdad. Pero los nuevos asistentes (y las aplicaciones de dictado "speech to text") le quitan este rol. Heidegger consideraba que la máquina de escribir llevaba a una "atrofia de la mano" y, con ello, del pensar (¡Que me perdone, pero, a mí, el teclado me ayuda a pensar y a revisar las -pocas- notas que tomo a mano de vez en cuando!). ¿Que diría hoy de los asistentes de voz? Prima la inmediatez mientras la temporalidad del saber es totalmente diferente. La "operación" informática reemplaza a la acción. La vacilación, común antes de una acción, se transforma en "perturbación operativa" (Byung-Chul Han, "En el enjambre", Herder, p.78) que perjudica la eficiencia. ¡Pero descuide: el software permite eliminar automáticamente los silencios!
Los "labradores" (usuarios de las manos) pasamos a ser "cazadores" de informaciones, dice Byung-Chul Han (ibidem, p.66). Las Google Glass, que podrían acompañarnos a cada momento, serían el arma más perfecta de este cazador, transformando todo en información. ¿Pero con que valor?
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