Hace un par de días apareció la versión final de Windows 10 y empezó su distribución.
Los expertos sugieren esperar al menos 30 dias para actualizarse, especialmente si es la computadora principal del usuario, para que se descubran los últimos "bugs" (como los de los drivers de las tarjetas NVIDIA, que ya debió ser corregido).
Ya se informado de problemas con las descargas (aunque no parecen ser mayoritarias). En algunos casos parecen deberse a fallas en la transmisión pero una recepción parcial puede causar un serio problema y es bastante difícil de remediar.
También se han advertido avisos de que la licencia del sistema instalado (y que se busca reemplazar) no es original. Ésto es posible porque, hace algunos años, se ha denunciado que algunos fabricantes o distribuidores habían vendido una cantidad importante de equipos con licencias fraudulentas. Se supone que si el equipo tiene una licencia válida (Certificado de autenticidad COA) debe tener una pegatina o etiqueta pegada en la carcasa del equipo o, en los portátiles más recientes, dentro del compartimento de la batería. Si el sistema se compró por separado, la caja debe contener un COA y una etiqueta de prueba de licencia. En la web de Microsoft (y varias otras) ya hay varias consultas referidas al control de validez de la licencia, pero Microsoft solo contesta que se puede verificar si coinciden la del sistema con la informada junto al equipo. Para verificar la del sistema se puede descargar un microprograma en esta dirección. También existe otro programa con más funciones llamado SIW (System Information for Windows), que analiza el ordenador y recoge información detallada sobre las propiedades del sistema y configuración (disponible aquí). Se dice que si se pudo descargar regularmente las actualizaciones, la licencia debería ser válida, a pesar de lo cual -al parecer- ocurre algunas veces que Windows 10 no la reconoce.
Otro problema aparece, después de la instalación, en los portátiles con pantallas pequeñas pero con una densidad muy alta de píxeles. Puesto que Windows ajusta los tamaños de texto e iconos basándose en la densidad de pixeles y no en el tamaño de la pantalla, una pantallas de pocas pulgadas pero muchos píxeles hacen que las cosas se reduzcan a tamaños ridículamente pequeños.
Puede encontrar un excelente análisis de Windows 10 en el sitio de Xataka (aunque no incluye los primeros defectos encontrados).
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