18 de agosto de 2017

RFID e inteligencia ambiental

En 2011, los chips de identificación por radiofrecuencia (RFID) costaban 0,7 centavos de dólar cada uno (Hoy debe ser mucho menos). Ya están presentes en tarjetas bancarias, algunos teléfonos, chips de identificación de mascotas (y algunas personas*) y algunos otros objetos. Poco a poco deberían reemplazar los códigos de barra en todo tipo de producto (aunque esta evolución parece más lenta de lo que se esperaba en su inicio). ¿Que tiene que ver esto con el concepto de redes inteligentes? Que, en la medida en que se universalizan, contaremos con una red de objetos indexados tan amplia como la internet indexada por Google.
"Este fenómeno se denomina «inteligencia ambiental». Se basa en una simple constatación: los objetos que posees, dónde los pones y qué haces con ellos es, después de todo, una señal inequívoca de la clase de persona que eres y qué preferencias tienes. «En un futuro cercano —escribe un equipo de expertos en inteligencia ambiental dirigido por David Wright—, todo producto manufacturado —nuestra ropa, dinero, aparatos, la pintura de nuestras paredes, las alfombras en nuestros suelos, nuestros coches, todo— estará integrado con inteligencia mediante redes de diminutos sensores y activadores que algunos conocen como `polvo inteligente´»."(Pariser, "El filtro burbuja", p.197)
No solo nuestros teléfonos celulares podrían activar emisiones publicitarias según nuestra ubicación (p.ej. al entrar en un centro comercial o caminando por una calle céntrica, como se mostró en el film Minority Report, fotograma adjunto), sino que podría hacerlo la ropa que llevamos al entrar en una tienda. Los productos podrían "autoanunciarse" en el supermercado y los que llevásemos podrían ser cobrados a la salida sin que tengamos que detenernos. Si tenemos la lista de compras en nuestro teléfono, se nos podría indicar en que pasillo encontrarlos, con un recorrido optimizado (un "Waze" ultralocal), con avisos de ofertas incluidos. ¿Un "supermercado inteligente"? Y falta aún imaginar muchas otras posibles aplicaciones, no solo publicitarias u orientadas a las compras.
* Una empresa en Wisconsin está ofreciendo a sus empleados implantarles chips RFID. Con un chip implantado en su mano, los empleados podrán ser identificados por la seguridad del edificio, operar la máquina de fotocopias e incluso comprar bocadillos de las máquinas expendedoras. (PC Magazine, 25/7/2017)

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