30 de agosto de 2018

¿Qué hacer frente al "troleo" y los mensajes de odio?

El troleo se ha convertido en endémico en varias plataformas, para disgusto de muchos seguidores.
"Trolling has become endemic across platforms ranging from Twitter and Facebook to online news sites. Internet haters have made many previously family-friendly and socially responsible websites into havens for online abuse. No matter how many troll accounts are deleted by the provider, they still return under a new name or handle and continue their vile behavior, threats, and harassment."(Venturebeat, 30/08/2018)
Incluso en la Iglesia Católica el odio puede aparecer en altas fuentes. Se conoció hace pocos días una carta del obispo Carlo Maria Viganó, ex-embajador del Vaticano en Washington, acusando al papa Francisco de levantar las sanciones contra el cardenal McCarrick que habían sido impuestas por el papa Benedicto, cuando tales sanciones -al parecer- nunca tuvieron efecto y el papa Franciscolo lo retiró del ministerio en junio de este año cuando, finalmente, renunció al cardenalato.
"Unfortunately, Vigano’s tissue of misinformation will leave its mark. In the midst of a feeding frenzy, no one stops to ask basic questions and even journalists can forget to undertake basic tasks like asking for corroboration or looking at the questions a text such as Vigano’s poses." (National Catholic Reporter, 26/08/2018)
El papa nos dió esta vez el mejor ejemplo de lo que debe hacsrese en estas circunstancias: "Leed atentamente el comunicado y haced vuestro juicio. Yo no diré una palabra sobre esto." (Vatican, 26/08/2018).
"This kind of silence involves a deliberate choice not to respond with an intellectual or reasoned self-defence, which in a context of confusion, of claims and counter-claims and half-truths, simply fuels the cycle of hysterical accusation and counter-accusation. It is a spiritual strategy to force the spirits behind the attack to reveal themselves." (Thinking Faith, 30/08/2018)
El futuro de las noticias sería sombrío según el tecnólogo Aviv Ovadya, del Centro de Responsabilidad de Medios Sociales de la Universidad de Michiga, que fue uno de los primeros en advertir, en 2016, sobre la amenaza de las noticias falsas en redes sociales. "Cree que lo peor todavía está por llegar en forma de un apocalipsis informativo en el que las tecnologías capaces de distorsionar la realidad están evolucionando más rápido que la capacidad para comprender, controlar o mitigar el fenómeno." (Genbeta, 15/02/2018). Un ejemplo de lo que la tecnología ya permite son los videos falsos creados con algoritmos de aprendizaje automático. (Genbeta, 12/02/2018)

2 de agosto de 2018

Es, al parecer, lo que opina (y explica en su libro "Everybody Lies") Seth Stephens-Davidowitz, un economista entrenado en Harvard, ex-científico de datos de Google. No se trata aquí de las noticias falsas, se trata de las opiniones e intereses de la gente. Argumenta que gran parte de lo que pensamos sobre las personas es totalmente erróneo porque "la gente miente, a otros y a sí mismos". Sin embargo, ve un remedio en el análisis de los datos que las personas ponen en Internet, especialmente cuando hace búsqudas en Google. "El acto cotidiano de escribir una palabra o frase en una caja blanca compacta y rectangular deja una pequeña huella de verdad que, cuando se multiplica por millones, finalmente revela realidades profundas" (p.4). Y S.Pinker, en el "Forword" de esa obra, agrega que "ante el teclado, la gente confiesa las cosas más extrañas" (p.X). Según Stephens-Davidowitz, gracias al big data podemos descubrir lo que las personas realmente piensan, lo que realmente quieren y lo que realmente hacen, o sea encontrar "la verdad". Pero las mentiras a las que se refiere son las expresadas en las respuestas a las encuestas, mientras el análisis de lo que la gente vierte en internet sí sería expresión de "la verdad".
Basa por lo tanto su análisis en lo que la gente busca en Google, más que en lo que publican en redes sociales. 
"El poder de los datos de Google es que la gente le dice al motor de búsqueda gigante cosas que tal vez no le dirían a nadie. Google se inventó para que la gente pudiera aprender sobre el mundo, no para que los investigadores pudieran aprender sobre las personas, pero resulta que cómo buscamos conocimiento en Internet es tremendamente revelador. He pasado los últimos cuatro años analizando datos anónimos de Google. Las revelaciones han seguido llegando. Enfermedades mentales, sexualidad humana, aborto, religión, salud. No son exactamente temas pequeños, y este conjunto de datos, que no existía hace un par de décadas, ofrece perspectivas nuevas y sorprendentes sobre todos ellos. Ahora estoy convencido de que las búsquedas de Google son el conjunto de datos  de la psique humana más importante recopilado. Si las personas nos dicen constantemente lo que piensan que queremos escuchar, en general, nos contarán cosas que son más reconfortantes que la verdad." (Extracto de "Everybody Lies", The Guardian, 9/07/2017)
Pero, para conocer a la gente, debemos tomar en cuenta todo lo que "teclean". Por cierto hay rastros de conductas reales en las redes sociales, pero se mezclan también con expresiones de la personalidad que quieren proyectar, generalmente diferente -aunque en diferentes grados- de la personalidad real. Si recordamos, además, cómo funcionan los algoritmos y los graves errores cometidos, es difícil estar totalmente de acuerdo con él en cuanto al acceso a "la verdad". Así que su posición debe ser vista con algunas reservas.