27 de febrero de 2015

El olvido digital

Hace unos días, durante el encuentro anual de la American Association for the Advancement of Science (AAAS), el gurú de internet y vicepresidente de Google, Vinton Cerf, ha vuelto a llamar la atención sobre el problema de la conservación de los archivos digitales. Ya en 2013 advirtió acerca de la volatilidad de los datos digitales. Ilustró el problema de una manera sencilla: usó Microsoft Office 2011 en un Macintosh, pero no pudo leer un archivo de PowerPoint de 1997.

Si bien la web y la "nube" hacen más fácil conservar los documentos en formatos legibles en múltiples aparatos, han pasado muchos años ya desde los primeros ordenadores y tanto los formatos de archivos como el hardware y el software han evolucionado tanto que los archivos antiguos como los de hace 40 años (como los creados cuando los PC utilizaban el DOS, antes de Windows), por ejemplo, no son -en general- legibles hoy día. Hoy, también, la mayoría de los PC ya no traen lector de CD o DVD (y menos de diskettes), lo que ha vuelto obsoletos e inutilizables estos soportes de archivos.

Ésto significa que el conocimiento correspondiente se está perdiendo, muchas veces en forma definitiva. En otros casos, ha de ser reconstituido sea a partir de versiones impresas (¡siguen siendo los respaldos más seguros!), sea rehaciendo el trabajo, sea recurriendo a algunos (pocos) especialistas que mantienen los sistemas antiguos. Algo en este sentido están haciendo investigadores de la Universidad Carnegie Mellon con su proyecto OLIVE (aún experimental), que capta copias de los documentos o programas en riesgo, tanto de su contenido como de la aplicación en la que funcionan y el sistema operativo, junto con una descripción del equipo en que se ejecutaba, lo que facilitará su replicación en el futuro. 

¿Que podemos hacer con nuestros archivos? Si aún tenemos CD o DVD y un PC que los pueda leer, traspasar estos archivos a una memoria USB o un disco duro externo. Por ahora usan tipos de soporte que sobrevivirán bastante. También los podemos subir a la "nube". E imprimirlos. Aún así, es posible que -como yo- tenga archivos más antiguos (tanto en CD como en diskettes) y formatos ya totalmente irrecuperables (como mis trabajos de los años '80 y parte de los de los '90). Otros, como las primeras imágenes, aún en formatos legibles, son de tan baja calidad que se ven muy mal en equipos actuales de alta definición, como la imagen del lado (del palacio de Cnossos), escaneada a finales de los '80 para la portada de uno de mis cursos.

Para evitar una pérdida catastrófica, James Arlen, director de riesgo y servicios de asesoramiento para Leviathan Security Group, aconseja tener tres versiones de su disco duro o al menos de sus archivos importantes: la unidad del PC, una unidad externa, y una copia de seguridad cronológica redundante. Pero tener todas esas copias en la misma casa, o en la misma zona geográfica, no protegerá los datos de un evento extremo (como un incendio o alguna otra catástrofe).

Por esta razón es conveniente conservar también una copia en la nube, pero sin olvidar que ésta es menos segura en términos de privacidad. Así que el consejo es seleccionar bien el material y comprimirlo (para reducir el espacio utilizado) y luego encriptarlo para evitar los "ojos ajenos". Herramientas gratuitas: para comprimir puede usar Peazip y para encriptar AES Crypt.

20 de febrero de 2015

Enseñar hoy

¿Aún enseña mediante clases magistrales? "Los centros educativos no pueden vivir a espaldas del mundo digital" dice Javier Tourón, catedrático de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Universidad de Navarra. En España, el 93,5% de los jóvenes usa internet todas las semanas y el 78,7% todos los días (Informe de la Sociedad de la Información 2014, de Telefónica).

La mayoría de las universidades importantes ya ofrecen cursos online, muchos de ellos gratis. La iniciativa "Open-CourseWare" (OCW) del MIT ha sido pionera en este esfuerzo y ofrece más de mil cursos gratis en la web. Por esta vía, las regiones subdesarrolladas del mundo pueden acceder a una formación de alta calidad barata en todos los niveles académicos.

En Chile, se habla mucho de reforma educacional que asegure una mayor calidad. Pero si bien se habla de la formación de los profesores, nada ha aparecido en relación a la tecnología. El país, sin embargo, ha sido pionero en el desarrollo de clases por televisión y ha dotado sus escuelas de computadores. Pero los  planes en materia de TIC se centran en el uso del computador y algunas aplicaciones así como talleres extracurriculares para los alumnos y algunos cursos de perfeccionamiento para profesores, "para la incorporación de uso de TIC en la asignatura" (Proyecto Enlaces). Nada de clases comunes a distancia ("webinars"), que podrían ser de alta calidad. Y de los softwares educativos desarrollados en los años noventa no hay rastro en el sitio del ministerio.

Los cursos por internet se han multiplicado a nivel internacional pero los métodos de evaluación de los mismos parecen frecuentemente no ser los más apropiados. Es al menos lo que opina Justin Reich, doctor en Educación de la Universidad de Harvard y miembro del Centro Berkman para Internet y Sociedad de la misma casa de estudios, quien publicó en la revista Science un artículo acerca de las cosas que siente que deben mejorar para volver más efectivo este tipo de aprendizaje.

De poco sirve tomar pruebas con preguntas cerradas, donde no hay necesidad de aplicar conceptos. Es necesario que las evaluaciones capturen más dimensiones del aprendizaje. "Los estudiantes que obtienen altas calificaciones en preguntas cuantitativas a menudo no muestran avances en su comprensión conceptual", dice Reich. También es errónea evaluar solamente al final del curso: se deben establecer y evaluar etapas, además de empezar con un test de conocimientos previos, para no atribuir al curso conocimientos que el alumnos podía dominat antes de empezar. Y para evaluar mejor los mismos cursos, Reich sugiere operar al modo de las empresas que analizan los "big data": identificar a los participantes más allá de un nombre de usuario, pidiendo antecedentes respecto a su edad, formación académica o experiencia previa y monitoreando su actividad. 

Otro campo en desarrollo es el de "gamificación", la adopción del formato de juego para enseñar. Se estima que este año la mitad de las organizaciones dedicadas a las innovaciones aplicarán esta modalidad en la formación de su personal y lo hará el 40% de las 1.000 organizaciones globales (Talentlms.com). 

El juego ayuda a motivar y a ejercer los músculos mentales y las herramientas multimedia mejoran la capacidad de memoria de nuestro cerebro: éste prefiere las imágenes al texto y la experimentación -aún virtual- graba mejor los conocimientos. Las simulaciones son consideradas juegos y acompañan los juegos de investigación y de instrucción. Y vale la pena conocer el modelo de "tutoría gamificada" a modo de juego de rol (RPG) llamado Classcraft, desarrollado por el programador Shawn Young, que ya utilizan más de 7.000 niños en escuelas de 25 países (gratis en web; imagen al lado).

Lo que se considera mínimo ya en muchas instituciones es la "clase invertida" (flipped class): proporcionar una guía digital (online) a los alumnos para que la estudien o sigan sus indicaciones antes de asistir a clase y luego, en clase, discutir grupalmente los descubrimientos y experiencias.

Referencias:
J.Reich: Rebooting MOOC Research, Science 2 January 2015, Vol. 347, no.6217, pp.34-35)
FAO: The eLearning guild’s handbook of e-learning strategy
30 choses à savoir sur la gamification dans l’e-learning
The Top 10 Reasons to Switch to Serious Games
Ch.Pappas: The Flipped Classroom Guide for Teachers

13 de febrero de 2015

La "red oscura" (Dark Web) está viva

La Dark Web es conocida principalmente como el albergue de los traficantes de todo tipo. Reúne algunos miles de sitios web a los que no es posible acceder mediante los buscadores tradicionales o enlaces directos. Se accede a ellos utilizando una red de servidores de paso como la red TOR (The Onion Routing network) que vuelve anónimo el cliente y difícil de seguir la ruta que lleva al servidor cuya dirección solo es conocida de cada cliente.

La red TOR fue creada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, originalmente para proteger las comunicaciones de la Marina, y sigue recibiendo financiamiento del Departamento de Estado y de la National Science Foundation para facilitar la libre expresión en naciones donde se la persigue, pero también es una herramienta para los organismos de espionaje. Es la razón por la cual no se desbarata aunque sería bastante fácil: los servidores de "salida" (a los cuales acceden los clientes) no son más de 1.199 según Kaspersky Lab, fáciles de rastrear y de atacar. TOR, a su modo, es un medio que asegura un derecho humano: el de emitir, buscar y recibir libremente información. "No se pueden ignorar los buenos usuarios porque los hay que son malos" dice Stefan Tanase, investigador de Kaspersky Lab.

Que se mantenga la red TOR no quiere decir que se acepten las actividades ilegales (salvo las propias -encubiertas- de los gobiernos por cierto). Los principales organismos policiales la exploran constantemente para descubrir tales actividades, anular sus servidores y detener a los traficantes. Varios sitios importantes de mercado negro como Silk Road han sido eliminados y los traficantes arrestados. Siempre hay formas de descubrirlos, generalmente mediante agentes encubiertos, razón por la cual, también, muchos proveedores ilegales cambian frecuentemente de dirección (aunque informando secretamente sus "clientes habituales"), como los de pedofilia y pornografía infantil (llamada "Hard Candy").

Pero tampoco hay que creer que la Dark Web sea una red centrada en el crímen. Como ya señalado, su fin principal es la libre información, y es también la "sede" de empresas especializadas en áreas no destinadas al "gran público" como el armamento (legal), el desarrollo tecnológico (para proteger patentes en desarrollo) y la seguridad. Facilita la comunicación de los disidentes y también de los extranjeros (periodistas y otros) que residen o están de paso en países con censura. También alberga comunidades de enfermos que se prestan apoyo mútuo bajo anonimato.

NOTA: Aunque inicialmente no era fácil navegar por la red TOR, existe hoy un navegador web (Tor Browser) para Windows, Mac OS, Linux y Android en varios idiomas, que incluye su propio buscador. Hay un directorio llamado The Hidden Wiki y también otros buscadores, como Torch y Grams (éste para sitios de contrabando o DNM, Dark Net Market). Ahora, la Agencia de Proyectos para la Defensa (DARPA) de EEUU trabaja en un proyecto llamado Memex cuyo objetivo es construir un mapa de contenidos de la red oscura. Calculan que hay entre 30.000 y 40.000 sitios indexables y accesibles sin contraseña. Usarán el sistema primero para detectar la trata de personas.

Cómo opera TOR: