27 de noviembre de 2015

¿Una era "post-web"?

Desde que las apps han ido invadiendo los smartphones, mucho contenido se está difundiendo fuera de la web, aunque siguen haciéndolo por internet. La diferencia es que no hay un estándar único y que no pueden comunicarse entre sí ni enlazarse, como es normal en la web.

Aunque hay un movimiento de "retorno a la web" (al menos en un sector de los medios de prensa, como ya he comentado), Google se ha estado preocupando seriamente de esta división del mundo informativo y, como tiene su propia tienda de apps, ha emprendido el camino para restituir de algún modo las conexiones.

¿La solución? Las "apps como servicio", es decir que el software funcione en sus servidores en lugar de ser descargado en el teléfono. Ésto no requiere ningún estándar común (cada creador de app podrá hacerlo a su modo) y los usuarios podrán incluso enviar el contenido completo al que accedan, quiéranlo los desarrolladores de aplicaciones o no. Y los desarrolladores podrán probar más facilmente sus apps sin la necesidad de  instalarlas para ello en los terminales de algunos usuarios.

Todos los contenidos serán entonces accesibles al buscador (que es lo que más le interesa a Google), mientras los contenidos actuales de apps instaladas en los smartphones no lo son. Será una mezcla de contenido multimedia "bajo demanda" y web tradicional, aunque no habrá hiperenlaces. Ésta sería la era "post-web", aunque con un aspecto de web, pero con contenidos independientes.

Fuente:  Hipertextual, 21/11/2015

20 de noviembre de 2015

La empresa es el mensaje

Como señala Moisés Naim en "El fin del poder", el poder se está dispersando y todos experimentan este cambio. Las empresas están entre los muchos que pierden poder, mientras sus clientes lo van ganando. Las demostraciones de poder por parte de las empresas -y más aún sus abusos- son cada vez menos toleradas y pronto denunciadas. En el ambiente actual, donde reina la comunicación multidireccional a través de internet, la imagen que proyecta una empresa no es solamente la de sus productos ni tampoco de sus páginas en las redes.
Como advierten Godoy y Opazo en su libro "La empresa es el mensaje", el problema es más profundo: todo lo que la empresa hace está ahora bajo escrutinio. Cómo se relaciona con sus trabajadores, con sus proveedores, con la competencia, con sus clientes: todo puede ser fácilmente conocido y evaluado; todo forma parte de la imagen de la empresas.


El laboratorio de investigación "Tren Digital", de la Pontificia Universidad Católica de Chile, investigó la actitud de los clientes frente a las empresas y éstos fueron sus principales descubrimientos: 


Como señala J.M.Sánchez en el diario ABC, "el mundo de los negocios y la sociedad vive un momento en el que el software y las aplicaciones están redefiniendo la estrategia de las empresas" y, en ésta, una relación positiva con los clientes (reales o eventuales) se ha vuelta más necesaria que nunca, lo cual requiere servicios y aplicaciones nuevas. "No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino el que sepa adaptarse al cambio. Hoy en día el éxito de la empresa requiere de entregar una experiencia diferente y mejorada que su competidor" dice Chris Lewis, Country Manager de CA Technologies en España y Portugal. (ABC.es, 18/11/2015). 

Las empresas deben prestar tanta atención a las opiniones de sus clientes (y no clientes) como a los factores internos y ambientales que pueden alterar la imagen que proyectan. Algo que, como señalan Godoy y Opazo, no es fácil, porque no existen aún indicadores estándar para ello (aunque existen ya en Chile un "Índice de Reputación Corporativa") y que se podría tender a sobrevalorar la importancia de las redes sociales. También advierten acerca de la existencia de "tribus" (como la financiera y la política), que tienen su propia forma de considerar y tratar a las empresas (y con las cuales las comunicaciones también han de ajustarse de diferentes maneras).

Fuentes:
Godoy, S. y Opazo, E.: La empresa es el mensaje, Santiago de Chile, El Mercurio.
Halpern, D.: Como piensa el cliente 2.0. Radiografía del empoderamiento en Chile y el rol de las redes sociales, Fac. de Comunicaciones Pontificia Universidad Católica y Cámara de Comercio de Santiago.
Sánchez, J.M.: La nueva realidad de bits que agita a la empresa, ABC.es, 18/11/2015.
24 Statistics That Show Social Media Is the Future of Customer Service, SocialMedia Today, 11/11/2015.

13 de noviembre de 2015

De las apps a los servicios basados en contexto

Durante los primeros días de Internet, el correo electrónico fue lo que llevó a muchas personas a conectarse. Se convirtió en la primera aplicación "matadora" y la inspiración para muchos desarrolladores que buscaban cómo "sacarle el jugo" a la red.

Hoy, es la "Internet de las cosas" que atrae a los desarrolladores de aplicaciones, motivados por la promesa de la "casa inteligente", donde todo estará conectado y controlado desde el smartphone (¿y cuanto proveedores de servicios?). Muchos vendedores dicen que no habrá "aplicación matadora", porque la diversidad es demasiado grande. Pero, "en la era de las máquinas inteligentes, donde los datos están en todas partes y las conexiones entre los servicios puedes ser mediadas en la nube, el desafío no es la creación de la aplicación matadora, sino el "contexto matador" (Data Sheet, Fortune, 17/06/2015).

La informática ha evolucionado desde el software que debía ser instalado y solo funcionaba en una computadora a los servicios "en la nube". Hasta el Office de Microsoft, hoy, es una aplicación en línea que solo se obtiene mediante suscripción (renovable anualmente). Los servicios en la nube manejan muchas tareas digitales en un ambiente que es propicio para ser altamente individualizado y donde el nicho de los servicios es cada día mayor. Las empresas que quieren tener éxito deben pensar mucho en los problemas de la personalización y de la computación ubicua. 

Pero la personalización implica el acceso a mucha información personal. Y las empresas no se conforman con los datos que les proporcionamos directamente, sino que piden cada vez más que les demos acceso a toda la información que existe sobre nosotros en la red, y hasta en los directorios personales que tenemos en nuestros teléfonos. Así, Facebook empezó a pedir acceso a todas las fotos que tenemos en nuestro celular para analizarlas, detectar (por análisis de imágenes) ahí nuestros "amigos" y sugerirnos que les mandemos copias de estas fotos (y quizás que otros datos quieren recolectar con ello). Los "asistentes digitales" también quieren "conocernos" mejor.

Todos estos servicios tienen una cosa en común: valoran especialmente el contexto (donde estamos y que hacemos) para crear una "respuesta adecuada" en el momento adecuado. Para ello, el teléfono es el mejor instrumento. Y ésto puede ser una de las razones de las campañas "mobile first"... que, al parecer, pronto será reemplazada por "las cosas primero", en el marco de la internet de las cosas que ahora está motivando a innumerables creadores de gadgets para el hogar. El nuevo contexto más apreciado será el ecosistema de la casa (y del negocio) inteligente, generador de innumerables datos sobre cada familia y comercio local. Todo para "mejorar la experiencia del usuario".

6 de noviembre de 2015

Asistentes digitales


Los "asistentes digitales" basados en el control por voz se están abriendo camino tanto en los smartphones como en los PC. El reconocimiento de voz y la inteligencia artificial están haciendo posible la masificación de estos asistentes personales. Son hoy capaces -al menos en teoría- de analizar la voz humana, interpretarla y responder a las preguntas que hace el usuario. 
El más popular es Siri, de Apple, que comenzó, solo en inglés, con el iPhone 4S, ahora ya disponible en español. Reconoce bien el habla coloquial. En Android, es Google Now, que es menos coloquial, más funcional y proactivo (sin necesidad de preguntarle), gracias a que se alimenta de una mayor cantidad de fuentes: el dispositivo, información que proviene de los productos de Google (Gmail y Calendar, que le permiten enviar recordatorios automáticos), sumado a la localización, datos de contexto, del tránsito, etc. Así, por ejemplo, muestra una notificación en pantalla cuando se acerca la hora de terminar de trabajar y volver a casa y luego muestra la ruta más apropiada y el tiempo estimado de viaje
El nuevo Windows 10 trae Cortana, que se asemeja más a Siri en el reconocimiento del habla y en su trato coloquial, y se integra a otros productos de Microsoft, como Office. Samsung les sigue la pista con su propio asistente de voz, llamado S-Voice, que permite agendar citas, controlar la música que se escucha, programar la alarma o buscar una dirección cercana, entre otras opciones. (El Mercurio 18/10/2015) 

En general, una parte del software reconoce las palabras y las pone en un contexto (el día o el lugar geográfico en que se hace la consulta), y otra parte busca luego en una base de datos en línea la información que correspondería a la respuesta.

Pero podríamos hacernos algunas preguntas más profundas acerca de estos "asistentes". speech to text") le quitan este rol. Heidegger consideraba que la máquina de escribir llevaba a una "atrofia de la mano" y, con ello, del pensar (¡Que me perdone, pero, a mí, el teclado me ayuda a pensar y a revisar las -pocas- notas que tomo a mano de vez en cuando!). ¿Que diría hoy de los asistentes de voz? Prima la inmediatez mientras la temporalidad del saber es totalmente diferente. La "operación" informática reemplaza a la acción. La vacilación, común antes de una acción, se transforma en "perturbación operativa" (Byung-Chul Han, "En el enjambre", Herder, p.78) que "perjudica la eficiencia". ¡Pero descuide: el software permite eliminar automáticamente los silencios!

La mano es, según Heidegger, el medio para ser, la fuente del sentido y de la verdad. Pero los nuevos asistentes (y las aplicaciones de dictado "speech to text") le quitan este rol. Heidegger consideraba que la máquina de escribir llevaba a una "atrofia de la mano" y, con ello, del pensar (¡Que me perdone, pero, a mí, el teclado me ayuda a pensar y a revisar las -pocas- notas que tomo a mano de vez en cuando!). ¿Que diría hoy de los asistentes de voz? Prima la inmediatez mientras la temporalidad del saber es totalmente diferente. La "operación" informática reemplaza a la acción. La vacilación, común antes de una acción, se transforma en "perturbación operativa" (Byung-Chul Han, "En el enjambre", Herder, p.78) que perjudica la eficiencia. ¡Pero descuide: el software permite eliminar automáticamente los silencios!

Los "labradores" (usuarios de las manos) pasamos a ser "cazadores" de informaciones, dice Byung-Chul Han (ibidem, p.66). Las Google Glass, que podrían acompañarnos a cada momento, serían el arma  más perfecta de este cazador, transformando todo en información. ¿Pero con que valor?