9 de enero de 2015

2015... y después

La web nos da "acceso directo" a innumerables conocimientos (información "neta") pero también genera datos sobre nosotros mismos que otros pueden aprovechar para sus propios negocios, analizando nuestro comportamiento.
  • "Existimos en diversos servidores como una enorme colección de datos. Son apenas pequeños apuntes recolectados a lo largo del día a partir de acciones que a simple vista parecen inocentes. Esa foto que compartimos en Instagram, esa búsqueda en la web, esa pulsera que nos dice que debemos caminar más o subir más escaleras, esa comida a domicilio que pedimos desde el navegador... puntos sueltos que unidos con la línea adecuada trazan un perfil exacto de nuestras vidas." (Ángel Jiménez de Luís, El Mundo.es, 20/11/2014)

Éste será uno de los principales mercados este año (y los siguientes), pudiendo llegar -según las previsiones- a unos 50.000 millones de dólares en 2020 (Betanews, 21/11/2014).

También será uno de los motores del progreso en materia de informática, porque este volúmen de negocio lleva a invertir grandes cantidades de dinero y de esfuerzo en el desarrollo de nuevos procesadores, de nuevas arquitecturas computacionales (como las redes neuronales) y de aplicaciones de inteligencia artificial para realizar un mejor análisis y uso de estos datos (Big Data). ¡Algunos científicos ya están hablando de "sistemas de computación consciente"!

Con mejores procesadores (más baratos) y aplicaciones también más económicas de más fácil uso, el acceso al conocimiento también se hará más fácil (aunque aún faltan varios años para que la inteligencia artificial esté al alcance de todos). Pero si se cree a R.Kurzweil, ya hemos pasado el punto de inflexión en que se hace patente la aceleración exponencial de los cambios tecnológicos: 
  • "Dado que durante el siglo XX el ritmo de progreso se aceleró gradualmente hasta llegar al ritmo actual, sus logros equivalieron a unos veinte años de progreso al ritmo del año 2000. Progresaremos otros veinte años en solo catorce (en el año 2014) y luego haremos lo mismo en solo siete años. Para decirlo de otra manera, durante el siglo XXI no experimentaremos cien años de avance tecnológico, sino que presenciaremos alrededor de veinte mil años de progreso medidos al ritmo de progreso actual, o alrededor de mil veces más de lo conseguido en el siglo XX." ("La singularidad está cerca", p.12)

Para que los cambios ocurran en forma adecuada, respetuosos de todos, necesitamos desarrollar una mayor capacidad crítica, ¡tarea de enorme responsabilidad para todos los educadores y todas las personas con conocimiento digital! Un tema que abordaré en mi próximo libro "¿Ser digital o ser humano?" (en preparación).

Recuerde también mi anterior e-Libro: "Internet ayer, hoy y mañana": en ISSUU y para descarga directa en PDF.

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