4 de octubre de 2018

Los contenidos invisibles de internet

En todo computador se esconde información – difícil de ver – que es colocada cuando abrimos algunas páginas web: las “cookies”, un pequeño “rastro” de haber pasado por ahí que es reenviado con la siguiente solicitud de página al mismo servidor. Sirven, por ejemplo, para saber si el usuario está conectado o no con su login – y con qué cuenta –, para recordar los elementos agregados en el carrito de compras en una tienda en línea, o para recordar información introducida en los campos de un formulario. Pero también pueden recopilar datos sobre lo que parece interesar al lector e informar de ello a servicios de mercadeo.

Hace un par de años, un canadiense se sorprendió al comenzar a recibir publicidad acerca de equipos de ventilación continua durante el sueño después de haber buscado información sobre aparatos para tratar la apnea del sueño. La investigación reveló que su búsqueda originó la instalación en su PC de una cookie que provocaba esta selección de publicidad cuando visitaba sitios web suscriptores del servicio publicitario de Google. El regulador canadiense advirtió a Google de la ilegalidad del procedimiento y el buscador respondió que era contrario a su política pero que algunos avisadores no seguían su directiva al respecto. Se le recomendó una supervisión más rigurosa (Commissariat à la Protection de la Vie Privée du Canadá, 15/01/2014).
“Según un estudio de The Wall Street Journal, los principales 50 sitios web, desde CNN o Yahoo hasta MSN, instalan una media de 64 cookies y dispositivos de búsqueda personal. Busca una palabra como ‘depresión’ en un diccionario online, y la página instalará en tu ordenador hasta 223 cookies y dispositivos de rastreo para que otras páginas web puedan seleccionarte como objetivo de antidepresivos.” (Pariser, El filtro burbuja, p.15)
Existe información aún menos visible, como es el caso de los datos confidenciales de usuarios de tabletas o PC con lápiz óptico o pantalla táctil con sistema operativo Windows. Para los usuarios que han activado la función de reconocimiento de escritura a mano, se constituye un archivo llamado WaitList.dat, que traduce de manera automática lo que el usuario escribe tocando la pantalla y lo convierte en un formato de texto. Está destinado a permitir a Windows mejorar la función de reconocimiento de escritura táctil. Esto permite, lamentablemente, que si un hacker accede a este dispositivo podrá encontrar, por ejemplo, en el archivo WaitList.dat las contraseñas ingresadas a mano y datos de correo electrónico. (Tekcrispy, 19/09/2018).

Pero lo invisible, o más bien lo escondido, en internet (y no solo en cada PC) es aún mucho más. En lo profundo se esconde una gran “red oscura” (“Dark net”), principal herramienta de delincuentes de todo tipo, que ofrecen drogas, armas y asesinatos, en sitios anónimos y con tecnologías de encriptación de datos, a los que recurren también cada vez más los pederastas. En 2013, el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados de Estados Unidos (US National Center for Missing and Exploited Children), encontró más de 23 millones de imágenes obscenas de niños en internet y a mediados de 2014 había detectado 112 millones de carpetas que contenían imágenes de abuso sexual de menores (BBC Mundo, 19/06/2014). “Los delincuentes no cejan en sus intentos por evadir la ley y la ‘dark net’ es solo uno de los lugares donde el anonimato saca lo peor del ser humano.” (ABC.es, 6/04/2014).

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