28 de marzo de 2019

¿La prensa embelesada por Facebook?

"Estábamos embelesados con las maravillas de plataformas como Google, Facebook… pero realmente nos habían comprado con bastante falta de sentido crítico, y de repente nos damos cuenta de que muchas de las características de estas empresas entran en conflicto con nuestra razón de ser social." (E. Arriagada, en entrevista de José Gonzáles en Medium, 29/08/2018)
Por mi parte, desconfié de Facebook desde el primer momento. No encontrarán ahí ninguna cuenta a mi nombre. Quizás me haya perdido algunas cosas y me las siga perdiendo, pero me parece que no valdrían el precio. Y, en mi propios textos, he tenido más de una oportunidad de denunciar los desaguisados de Facebook y su escaso nivel ético.

También he demostrado el grave error que sería basar la política en las opiniones vertidas en la redes sociales, dominadas y manipuladas por activistas que no representan en modo alguno el sentir real de una población. La "mayoría silenciosa" sigue siendo silenciosa en estos medios, así que hacen falta otros mecanismos para conocer su sentir. Ahí es, sin duda, donde ha de intervenir el buen periodismo, y no hacerse eco o dependiente de las redes y de los "trending topics". Como agrega Arriagada: "los medios tradicionales se están dando cuenta de que lo digital, como herramienta, puede hacer mucho daño". Y aunque preconiza seguir usando estas plataformas para llegar a los lectores - ¿al menos como vía complementaria o para atraerlos? -, yo veo este proceder como una perversión del recurso (¡Que me disculpen!).

"¿Cambiarle la vida a la gente a través del móvil?": una propuesta algo exagerada para la prensa, aunque quizás sea más bien una observación de lo ya ocurrido para una parte de la población a un nivel más global. ¿Puede una app "resolver la vida a la gente"? ¡Otra pregunta muy lejana de las posibilidades reales (aunque entiendo que pueda ser más bien simbólica).

No discuto en absoluto que lo que se requiere es un periodismo de excelente calidad, efectivamente adaptado al nuevo medio de lectura (con un "empaquetamiento atractivo"), e igualmente sujeto a cobro, como lo era el papel. Pocos han descubierto, aún, cómo hacerlo (¡y no he descubierto aún una app convincente!).

Nota: Mi escepticismo y preocupación es sin duda fruto de que hace años que entré en la categoría de "senior". Pero enseñé sistemas digitales en una escuela de periodismo desde la década de los 80, es decir desde el nacimiento de los computadores personales, adentrándome fuertemente en las comunicaciones digitales en los 90, administrando cursos por web y sitios web institucionales por varios años. Algunos me consideraron demasiado adelantado en esa época y no creyeron en mi visión de futuro. Sin embargo, no preví, después, el auge de las redes sociales, pero no me dejé "embelesar" por ellos. ¿Estaré ahora "atrasado"? ¡Que se me conceda el beneficio de la edad! (¡Pocos pueden decir que vieron, como yo, un primer computador -dedicado- en 1958, siendo un colegial!)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No se reciben comentarios.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.