Hace tres meses, comenzó a usar los datos para elaborar perfiles más detallados de sus usuarios, lo que pretende permitir a los anunciantes presentar publicidad más personalizada. Pero estos datos incluyen información acerca de todos los sitios web visitados en que está presente el código de conexión con Facebook, como en el caso de los botones "Me gusta" y "Compartir" (aunque no se haga clic en ellos, la visita es registrada e informada a la red social), lo cual quiere decir que a cualquier anunciante se le avisa de las eventuales visitas a los sitios de sus competidores, ayudándole a dirigir publicidad contraria a sus rivales.
Facebook señala que los anunciantes pueden optar por no permitir que sus datos sean usados en el envío de publicidad personalizada, pero en este caso tampoco pueden apuntar a usuarios basándose en datos reunidos de otros sitios.
John Strabley, director de estrategia de Quaero, una firma que ayuda a empresas a administrar datos de clientes que obtienen en línea, dice que muchos de sus clientes preferirían no compartir información con Facebook. "Puedo prácticamente garantizar que el valor que obtienen las empresas de eso no vale la pena", asegura.
Ghostery, que ofrece una extensión para bloquear los "trackers" (seguidores de navegación) como los de Facebook, ha descubierto que los códigos de Facebook envían datos a la red social con más frecuencia que nunca pero que desde el segundo trimestre han disminuido en algunos sitios muy conocidos como los de The New York Times, Airbnb y Abercrombie & Fitch Co.
Otras empresas y redes sociales rastrean historiales de navegación de usuarios para facilitar la publicidad personalizada pero tienen generalmente mucho menos información sobre los usuarios. Los anunciantes aseveran que enviar información a Google no les asusta tanto como proveer datos a Facebook. [Según información del Wall Street Journal]
Otros temas
* "Lo que hay que saber sobre pagos móviles": un excelente artículo en Gizmologia
* Actualización del post de la semana pasada (Economía colaborativa)
"Europa tiene que aceptar y abrazar la 'disrupción'. Las viejas formas de hacer las cosas tienen que enfrentarse a la competencia que los obliga a innovar", escribió Eric Schmidt en un artículo de opinión de Digital Minds for a New Europe, la nueva serie de tecnología de la Comisión Europea. "Uber, por ejemplo, está sacudiendo el mercado de los taxis para bien. Ofrece a los viajeros tarifas más baratas y convenientes; es comprensible que la industria del taxi sea infeliz", dice (Venturebeat.com, 22/09/2014). Con Uber y sus semejantes -que posiblemente no sean la única causa-, San Francisco (CA) ha visto bajar en 65% el uso de sus taxis desde marzo 2012 (Theatlantic.com, 17/09/2014). Mientras los EEUU acogen al sistema de auto compartido, muchos conductores dejando las empresas de taxis -y su protección- para trabajar en forma independiente con sistemas como Uber, Europa parece más empeñada en proteger el viejo sistema de fuertes protecciones para los trabajadores y horas regulares de trabajo. "Las nuevas empresas que promueven nuevas ideas no deben ser frenadas por obstáculos burocráticos o reglamentarios [como los europeos]", dice Schmidt.
* Más sobre Uber en El Mundo de la Tarde
* Hay páginas europeas como Blabacar.es o Roadsharing.com donde conductores y peatones publican sus rutas de viaje para compartir el auto, con el número de cupos y el monto a pagar (más colaborativo y más privado que Uber).
* Para España: Una nueva «app» colaborativa (http://compartirtrenmesaave.com/) ofrece encontrar a gente con quien viajar en AVE más barato (compartiendo una «mesa» con otros tres pasajeros) y ya tiene 10.000 usuarios.
* Estadísticas de la economía colaborativa (Infografía)
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