22 de mayo de 2015

Cambios generacionales en la tecnología

Según el estudio The Media Use and Attitudes 2015, de Ofcom, entre 2005 y 2014 los internautas mayores de edad han duplicado las horas semanales que pasan en Internet: de 9 horas y 54 minutos a más de 20 horas y 30 minutos. Y la "culpa" es esencialmente de las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales. (Xataka, 12/05/2015).


Pero mirar promedios puede ser engañoso. Todo depende de la edad, y los más jóvenes pasan más tiempo en la mensajería y las redes sociales, con sus smartphones, mientras los ‘baby boomers’ pasan más horas revisando contenidos en la web (con PC y laptops) y los mayores prefieren los medios tradicionales, como bien muestran los siguientes gráficos (BI Intelligence, dic.2014 y Buzzstream, mayo 2015):



En Tren Digital, Jaime Lillo comentó hace poco la situación y el posible desconcierto frente a internet de los mayores de 50 o 60 años, para quienes "su contacto más directo de comunicación instantánea había sido el fax". "Hay ciertos códigos cibernéticos que los padres aún no captan", dice con razón especialmente en le caso de los seniors.

Aunque reconoce que no todos reaccionan del mismo modo (y alude a su madre, que es usuario intensiva de Whatsapp y actualiza frecuentemente su foto de perfil), la verdad es que me parece necesario ser cuidadoso a la hora de caracterizar los usuarios mayores y recordar especialmente que las historias personales pueden ser mucho más diversas y menos influenciadas por el contexto tecnológico del pasado.

Los padres de hijos menores de edad tienen, probablemente, como señala Lillo, más tiempo (y más necesidad) de participar en Facebook, no solo para mantener el contacto con sus amigos, sino sobretodo para supervisar lo que hacen sus hijos. Para los seniors, las redes sociales quizás les permiten "evitar el aislamiento", pero ésto solo es válido si se sienten cómodos con la tecnología, lo cual podría no ser tan frecuente en el caso de los mayores de 70 u 80, que pueden haber nacido en un ambiente desprovisto de medios electrónicos. Piénsese, por ejemplo, que -aunque viviendo en Europa- no había ni radio ni teléfono en mi casa cuando nacimos mis hermanos y yo (poco antes y durante la 2a Guerra Mundial). La radio nos llegó en los años 50 y la televisión en los 60. Mi hermana, que tiene 86 años, no tiene conexión a internet, y mi hermano -de 82- solo utiliza el mail para comunicarse y el Office por obligación para operar con su banco y el servicio de impuestos local (Protesta por ello y no quiere saber de nada más, aunque fue gerente de una importante empresa hasta 1980). En cambio, yo he sido desde joven aficionado a la electrónica y, más tarde, a la programación de computadores (y dedicado a las comunicaciones, como saben). ¡En una misma familia y desde un mismo contexto, las diferencias en el manejo de las nuevas tecnologías pueden ser enormes!

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