6 de junio de 2014

La internet del futuro?

A futuro "La red va a cambiar de manera sustancial, desaparecerá y será sustituida por una nueva forma de ciberesfera, porque en la práctica solo existen, básicamente, dos opciones para organizar la información, y la red eligió la equivocada." dice David Gelernter, doctor en Ciencias Informáticas (en 'C@mbio', BBVA, 2014, p. 48). La información se acumula hoy según un esquema espacial, habitual al manejar bases de datos. Pero en internet, dice, lo que más interesa es la información reciente y, por lo tanto, un modelo cronológico podría ser más apropiado.

En realidad, el problema de mejorar el manejo de la información en la web ha sido abordado hace ya varios años y la propuesta, que data de 2004, ha sido la "web semántica". Se basa en la idea de añadir metadatos semánticos y 'ontológicos'* a las páginas web, describiendo su contenido en una forma que pueda ser fácilmente interpretado por las máquinas. Desde el 2004 existe para ello un estándar llamado OWL, pero requiere que el creador de cada página web traduzcan "a mano" su contenido en marcas OWL, lo que es inviable debido al gran volumen que tiene la web y su imparable crecimiento. Las bases de datos también deberían ajustarse a un modelo específico, el RDF.

Últimamente, sin embargo, los flujos RSS (como las que muchos diarios y revistas ofrecen como modo de acceso rápido) y las secuencias ordenadas por el tiempo o lifestreams tienen una presencia cada vez mayor en la red. El lifestream puede ser una secuencia narrativa heterogénea y puede consultarse por contenidos y en orden cronológico.  Los lifestreams se inventaron a principios de la década de 1990 como un sistema de gestión de datos que integrara documentos y mensajes en sistemas de archivos y aplicaciones de memoria en tiempo real. Los encontramos hoy en nuestros correos electrónicos, en secuencias de chat, en Twitter y en los "muros" y biografías de Facebook. Acumulados en la "nube", nos son accesibles en todas las plataformas y podemos recorrerlos en forma inversa (hacia el pasado) o mediante sistemas de búsquedas de contenidos. En materia de procesamiento informático, se basan en un álgebra de flujos mientras la acumulación y las bases de datos tradicionales operan sobre la base del álgebra de gráficos ("espacio de tuplas" y álgebra de conjuntos) que es en realidad más compleja.

Nos encontramos aquí, en realidad, frente a dos modelos de tratamiento de datos que son los mismos que se encuentran en la memoria humana: uno es semántico y el otro es episódico (es decir histórico). La memoria semántica se visualiza como espacial porque se estructura en forma de árbol: en cada concepto (su unidad básica) existe una información "por defecto" que corresponde a las propiedades de la clase a la cual pertenece, y que este concepto hereda. Nuestra mente maneja con suma facilidad una multitud de categorías, ejemplos y relaciones, que podemos evocar e incluir si queremos, que se derivan unas de otras y que se enlazan a diferentes niveles. El sistema que controla el funcionamiento de la mente determina cuál es el nivel de detalle adecuado en cada situación, y lleva a extraer de la memoria ciertos conjuntos de datos y relaciones, con mayor o menor especificidad. Lo mismo ocurre cuando se trata de agregar algo.

La memoria episódica funciona de una manera diferente. Su núcleo es la "acción" y las acciones se suceden en el tiempo, tal como las vivimos. Así, esta memoria opera con los atributos que permanecen siempre vinculados a al núcleo que identifica la "acción": sujeto, momento, lugar, etc. Del análisis de la secuencia de acontecimientos se deducen nuevas relaciones, especialmente de identidad: quien, cuando, donde, etc. y descripciones que se enlazarán con los elementos de la memoria semántica. (cfr. Colle, Teoría Cognitiva Sistémica de la Comunicación, 2002, pp.140-146)

La web actual, en realidad, es un reflejo de la estructura del hardware que la soporta, nos recuerda Gelernter: los "sitios" se encuentran en los servidores que contienen los datos y a los que debemos acceder a través de las redes. Pero la suma de los lifestreams está conformando un worldstream y cada nuevo aporte empuja a todos los anteriores hacia atrás. Recordamos el sistema Hypercard que trajeron los Macintosh Plus en 1987: se presentaba como un sistema de pilas de tarjetas -como lo haría un rolodex-, cada una encima de la anterior, al mismo tiempo que el primer sistema de "navegación" hipermedial entre estas tarjetas. El Hypercard demostró lo fácil que podía ser conservar información de esta manera y utilizarla mediante hipernavegación. También ofreció un modelo perfectamente adecuado para combinar tanto la memoria episódica como la semántica y, por lo tanto, de concebir y desarrollar -hoy o mañana- internet como un worldstream con mecanismos de acceso tanto históricos como semánticos, con navegadores optimizados para acceder de este modo a los datos. Lo importante sería que todo esté construído siguiendo una misma estructura (un estándar aún por definir), que permitiría entonces aprovechar al máximo el álgebra de flujo que permite con suma facilidad combinar múltiples lifestreams, según los intereses de cada usuario, como los flujos de todos los amigos para quedar al tanto de sus actividades, o los de diversos medios de prensa (como hacemos hoy, ya, con los agregadores de RSS). "Lo importante no es el ciberespacio, sino el cyberflow", nos dice Gelernter (p.58).

* El término ontología en informática hace referencia a la formulación de un exhaustivo y riguroso esquema conceptual dentro de uno o varios dominios dados; con la finalidad de facilitar la comunicación y el intercambio de información entre diferentes sistemas y entidades. 

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